La energía universal es una sola, es decir, no es ni buena ni mala, simplemente es. Pero al entrar en la persona se transforma según las emociones del individuo. Cuando esa energía es dirigida hacia fuera puede hacerse para bien o para mal, así como de forma consciente como inconsciente.
Manejar esas emociones es una tarea pendiente para cualquier persona que quiera dirigir su vida sin dejarse llevar por un inconsciente salvaje y destructor.
Debemos tomar consciencia en primer lugar sobre las emociones que tenemos y en segundo lugar, buscar que pensamientos, acciones, personas o lugares suelen provocarlas. Buscar el origen de su nacimiento. En tercer lugar buscar alternativas a esas emociones, soluciones y por ultimo, pero no menos importante, aplicar esas medidas hasta conseguir nuestro propósito. Normalmente es necesario insistir una y otra vez antes de lograr conseguirlo puesto que la mente suele funcionar a través de hábitos/costumbres y desarraigarlos suele llevar un cierto tiempo mas o menos largo según cada caso particular.
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