sábado, 30 de abril de 2016

El ajuste energético de las dos fuerzas opuestas

En tiempos, lugares o momentos en que hay un incremento de las energías negativas -enfermedades, guerras, falta de alimentos, escasez económica, o cualquier otro tipo de desequilibrio- resurgen con fuerza renovada la fe y la esperanza. 


El yin y el yang, el bien y el mal... en todas las culturas hay distintos modos de explicar el mismo concepto. En el universo hay una energía "base" desde donde todo surge, lo que entendemos por Dios o fuente primigenia. En el planeta Tierra esta energía se manifiesta en la dualidad como dos fuerzas "opuestas" que confluyen la una con la otra buscando el equilibrio. Cuando una de ellas se incrementa la otra se incrementa a la vez en su intento de equilibrarse con la primera. Esto crea altibajos energéticos presentes en todas las facetas del planeta. El ejemplo que mas podemos entender son las mismas emociones humanas que van fluyendo desde la alegría hasta la tristeza y pasando por todos los estados emocionales que conocemos.

En algunas filosofías antiguas hay referencias sobre estos altibajos que sufrimos los seres humanos y se explica la paz interior como el logro de equilibrar estas dos energías. Esto es un concepto real pero limitado, es decir, imaginemos una balanza. Esta puede estar muy desequilibrada o al contrario estar ambos brazos a la misma altura. Pues bien, si los brazos están a la misma altura sin moverse eso sería estar muerto puesto que la vida es parte de ese ajuste constante entre ambas energías pero el hecho de que la altura de ambos brazos no diste mucho uno de otro se consideraría el equilibrio deseado. Y a más equilibrio más paz. Tal vez por eso la muerte sea entendida como el descanso eterno puesto que nos libramos de ese ajuste propio de la dualidad o al menos, según parece, es donde nos acercamos más a esa posibilidad puesto que para ello deberemos haber trabajado en la Tierra las lecciones de vida necesarias para acceder a esferas más elevadas, de lo contrario seguiremos anclados a esa dualidad y por lo tanto obligados a reencarnar de nuevo tantas veces como sea necesario para lograr nuestra evolución individual.



Como decíamos al principio, donde esas fuerzas se desequilibran surge una especie de "batalla" energética donde ambas fuerzas intentan compensar el desajuste de su opuesta. Las culturas orientales donde son muy conscientes de esta lucha tienen una representación metafórica que resume visualmente muy bien este hecho. Un dragón blanco y un dragón negro, estos me los imagino luchando uno con el otro por alcanzar el mismo punto. En nuestro cuerpo ocurre lo mismo. Cuando una persona ingiere mucho azúcar, por poner un ejemplo, ¿como lo compensa el cuerpo? Enviando un "chute" de insulina para equilibrar ese exceso de dulce. Esta demostrado que consumir azúcar blanco, bollería industrial y similares es contraproducente porque al momento te da un subidón de energía pero al poco tiempo justo por el proceso de equilibrado que lleva a cabo nuestro cuerpo ese subidón se convierte en un bajón que nos lleva a un punto igual o aun peor que el inicial. ¿Entonces que ocurre? Que nos vuelve a apetecer un pastelito, y vuelta a empezar. Este ejemplo fácil de entender por todos es el mismo que ocurre a nivel "llamemosle" espiritual. 

Entonces entre esas dos fuerzas opuestas que intentan equilibrarse esta el ser humano envuelto en sus distintas vertientes, con sus diferentes formas, caras y características. Esto crea una gran confusión y normalmente la angustia y la desesperación crean engaños que calman la mente y el corazón de las personas que más están sufriendo. Esto es muy peligroso y lleva muchas veces a los peores desenlaces. Una de estas "caras" que se presentan como bálsamo para ayudar a las personas a sobrellevar sus penas y miedos es la magia, la brujeria, la religión y muchas otras formas de fe ciega, recalco, ciega. Por que no esta mal creer sino aferrarse fanáticamente a esas creencias aun cuando nos dañan o dañan a otros. Entonces se corre el peligro de ser engañado, manipulado y derrotado espiritualmente por malas personas o por personas que están tan confusas o más que nosotros mismos. Esta bien que creer en Dios, en espíritus, en magia y en todo lo que uno sienta o considere oportuno para vivir su fe y seguir teniendo esperanza sea cual sea su situación pero hay que tener bien presentes algunos puntos que voy a tratar con mayor detenimiento en otras publicaciones pero cada dia que pasa me parece mas y mas urgente recordarlas:

1.- El destino no esta determinado a fuego, no es inmutable. Es decir, el futuro se puede cambiar, es más, todos los métodos adivinatorios han sido utilizados desde antaño como una guía para tomar decisiones y por lo tanto influir en el futuro que se desea obtener. Por lo tanto, al acudir a tarotistas, videntes u oráculos tengan presente que nada de lo que les digan es una verdad absoluta, esta, de tenerla alguien, solo corresponde a Dios. Usted con sus pensamientos y actos diarios puede cambiar su suerte sea cual sea esta, es más, usted cada día cambia su futuro a través de sus actos aunque no sea consciente de ello. Para eso sirven las mancias, para tomar consciencia de lo que queremos cambiar o mantener para conseguir el futuro que deseamos.

2.- La magia existe, si, pero la mayor magia esta dentro de nosotros. Nada puede vencer a un alma que este en conexión con el Todo, nada puede dañarla y nada puede detenerla. (Os iré contando historias y explicando más sobre esto en otras publicaciones). Cuando os digan que tenéis mal de ojo, magia negra, trabajos de brujería o cualquier otra cosa similar o lo penséis por cualquier motivo debéis tener presente que el mayor poder de haceros mal que tienen los demás (sean humanos o seres desencarnados) es el que les dais cuando tenéis miedo o abrís puertas que no deberíais (ouijas, conjuros satánicos, etc). El miedo es lo contrario a la fe. Si alimentáis el miedo hacéis crecer el "mal" y su poder sobre vosotros. Estad en paz, limpios en cuerpo y alma y nada malo (mágico o espiritual) os podrá alcanzar (entiéndase que aquí hablamos de lo que os envíen otros (vivos o muertos) puesto que si por otros motivos ajenos a la magia ha de pasar algo "negativo" eso simplemente ocurrirá). Cierto es que todos tenemos "mancha", "pecado" o como queráis llamarle, es decir, el miedo fruto de la separación, de la dualidad, puesto que forma parte del ser humano, y eso es lo que usan para dañarnos. Volvemos a lo mismo, eso no debe asustaros puesto que la luz es más fuerte que la oscuridad.

Este post puede resultar demasiado denso o complicado para algunos, no importa pero que no entiendan o no acaben de comprender todo lo dicho. Lo importante es que se queden con lo esencial, que no se dejen manipular por otras personas a través de sus miedos más profundos. Crean ¡por supuesto! en todo aquello que deseen pero que eso jamás se vuelva en la contra de nadie. Las creencias no deben usarse nunca para dañar ni a uno mismo ni a los demás. Esa debería ser toda la ley en referencia a este tema, y no es una ley simple aunque pueda parecerlo porque la linea del bien y del mal es muy delgada y cada cual la marca en diferente grado según su propio nivel de consciencia y sensibilidad.





☆*• Sombra de Basth •*☆




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