Asistir a esta feria por vez primera este pasado 12 de junio fue una grata experiencia.
Es una feria muy pequeñita, coqueta diría yo.
Hubo pocos puestos pero llenos de color y artesanías.
Algunas escenas que encontré allí son un digno recuerdo de la tradición de las islas.
La iglesia presencio majestuosa y engalanada para la ocasión el ajetreo de los transeúntes.
Los gigantes y las banderas florares embellecieron la fachada de este ayuntamiento.
Encontré varios grupos destinados a la ayuda, protección, castración y control de colonias felinas.
Me enamoré de varios libros que fotografíe añadiéndolos a mi lista de deseos con la esperanza de adquirirlos en un futuro mas o menos próximo.
Y tuve el privilegio de maravillarme con las obras realizadas por el ilustrador Andrew Pinder.
En el mismo edificio exponían varios artistas de diferentes estilos, lo cual regalaba una agradable variedad a los espectadores.
Pero,
aun con todos mis respetos hacia el resto de artistas mi fascinación fue casi exclusiva para estas obras.
Los curiosos materiales, el estilo antiguo combinado con la modernidad me cautivo.
El tema de estos era irresistible para mi, evidentemente, como ignorar la alquimia ¡imposible!
Alegorías a la muerte, a los ángeles y a muchos otros misterios esotéricos.
Símbolos astrologícos y metáforas visuales que regaban con gran atino cada trabajo.
El inevitable recuerdo de estas laminas que evocaban en mi las memorias de las cartas del Tarot más clásicas con su estilo único y majestuoso.
He aquí una fotografía que me encanta, la obra como fondo principal, el mono, que parece que nos mira, y abajo un pequeño que con la sensibilidad y apertura propia de la niñez esta absorto en el cuadro pues aun es capaz de embriagarse por la fuerza pictórica de las imágenes, don que la mayoría de adultos ya han perdido.
Adoro esta imagen porque refleja un instante que pasó desapercibido por todos, ese niño y el cuadro eran uno solo. Mi cámara indiscreta inmortalizó ese momento único, extraordinario, irrepetible.
Siento no haber tomado nota del autor de la obra y por tanto no poder nombrarlo como justamente se merecería, debo decir que esta fue también una de las obras que mas me cautivo. Me pareció muy interesante y sus colores vibrantes me resultan muy atrayentes.
Cada vez que la veo me conmueve esa fascinación natural, instintiva, inocente, pura y preciosa, ¿seremos los adultos capaces alguna vez de recuperarla completamente?
Mi chico no quería que lo fotografiara con la comida pero no pude resistirme a hacerlo.
En el puesto de las chicas de Moixos de Selva encontramos unas hamburguesas, tortilla y cocas riquísimas ¡y todo vegano eh!
Fue un placer conocerlas así como también disfrutar de estos manjares culinarios.
Para terminar la jornada participe en el sorteo realizado por Amics de la Terra ¡y gané!
Aquí podéis ver el lote de productos que hicieron llegar.
Debo decir que se portaron super bien ya que yo no podía desplazarme de nuevo hasta allí y se ofrecieron a traérmelo hasta casa al pasar por Inca.
Realmente son unas personas geniales y muy majos todos.
Os dejo una fotillo con mi bolsa nueva que dice así:
YO DIGO NO A LAS BOLSAS DE PLÁSTICO
Ideal para hacer la compra y a la vez crear consciencia.
En definitiva,
¡una gozada de feria!
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