sábado, 30 de abril de 2016

El derecho a la soledad sanadora

Cuando nos acercamos a un felino pueden pasar 3 cosas. Que salga corriendo alejándose de nosotros, que se acerque para que lo mimemos o que nos de un bufido o un arañazo mas o menos potente -según la mala leche que tenga el gato- para q le déjemos tranquilo y no le toquemos.


Esto que mucha gente no entiende ni en los gatos ni en las personas se llama LIBERTAD. En.el caso de los perros esa libertad se suma a una necesidad de afecto fruto de la inseguridad y el apego que suelen sentir estos, pero en los felinos y en los perros con una gran autoestima y seguridad en si mismos y en su entorno eso no es siempre así. Tanto gatos como perros plenamente 'realizados' buscan sus momentos de tranquilidad alejándose físicamente de los otros animales y personas. No significa esto que se vayan lejos sino tal vez a otra habitación de la casa, a un rincón tranquilo, etc. Esto lo vemos sobretodo en animales ya mayores puesto que al igual que las personas la edad es un grado y como sabe mas el diablo por viejo que por diablo ya no necesitan la aprobación y el cariño constantes que en cambio si necesitan los niños y los cachorros -a no ser, como dijimos antes, que sean personas o animales que se han quedado por algún motivo en esa etapa, cosa muy común en nuestro tiempo. Pues bien, los que han logrado superar esa barrera natural aprenden a apreciar la soledad bien entendida y se vuelve entonces para ellos una necesidad imperiosa el poder gozar de esta durante algunos periodos más o menos largos según cada individuo y su situación personal.

Ese momento de tranquilidad y sosiego que nos regala la oportunidad de conectar con nuestro interior sin interferencias exteriores, que nos nutre y sustenta favoreciendo nuestra independencia e individualidad es un regalo para nosotros, es realmente una necesidad porque reconocemos que esos momentos desconocidos para muchos son una fuente de bienestar, sabiduría y auto confianza.

Las personas que se topan con estos seres de alma libre se sienten incómodos ante su convicción y se sienten muchas veces equivocadamente rechazados por ellos. Entonces algunos optan por rechazarles como moneda de cambio y otros se esfuerzan vanamente en manipular y obligar por todos los medios a esos seres libres a dejar de serlo. Esto lo vemos en por ejemplo en el caso de un niño que abraza y besa a su gato aunque el este haciendo todo lo posible por huir de sus brazos, así como entre familia o parejas cuando se obliga al otro a ser cariñoso cuando uno no lo siente o se le niega tiempo para estar consigo mismo haciendo aquello que le conecta con su paz interna como puede ser leer, escribir, pintar, cantar, bailar, conducir, meditar, etc. Es entendible que quien no conoce los grandes tesoros que se obtienen de estos momentos de "aislamiento" no conciban el interés y terquedad de los que la practican en seguir haciéndolo tanto como les pida su cuerpo y su mente. Lo que no podemos hacer es anular la voluntad del otro por el simple hecho de desconocer sus razones para actuar de un modo diferente a la mayoría.



Impedir a través de cualquier "táctica" o manipulación física o emocional el que un animal o persona obtenga esos momentos de calma y apaciguamiento en soledad aunque nos puede parecer algo sin demasiada importancia repetido dia a dia sin que la persona o el animal puedan huir a su retiro solitario por impedimentos que ellos no sean capaces de evitar a medio y largo plazo tal vez no en todos pero si en la mayoría de casos producen los siguientes síntomas y enfermedades: frustración, ansiedad, rabia, falta de autoestima, depresión e inseguridad en si mismos ante diferentes decisiones y vivencias.


El RESPETO debe de ser siempre la máxima en cualquier relación o grupo social. Hoy en dia ya no esperamos que una mujer ame por obligación a un hombre, nos horroriza que se fuercen matrimonios concertados y cosas semejantes que nos resultan muy evidentes pero aun obligamos a los niños a besar a extraños, a los jóvenes a mostrar cariño a personas que no son de su agrado, a nuestra familia a estar con nosotros aunque en ese momento no les surja de dentro y a muchos animales a estar durante todo el día siendo "torturados" por los juegos de los incansables niños de la casa. Debemos ser justos y tener siempre en cuenta las necesidades de cada uno y esa responsabilidad ética debe aplicarse con mayor esmero y sensibilidad hacia los más indefensos: niños, enfermos, ancianos y mascotas.










No hay comentarios:

Publicar un comentario