martes, 27 de diciembre de 2016

Mi vida no tiene sentido

Después de haber experimentado la espiritualidad engañosa y contaminada de las religiones muchas personas dan la espalda a los temas del alma. Rehúsan cualquier interrogante sobre temas espirituales aun llevando vidas que sienten vacías o carentes de sentido.

Otras personas en cambio siguen buscando respuestas fuera de las religiones convencionales con el riesgo de salir de un redil para meterse en otro sin llegar a encontrar las respuestas que buscan.

El deseo de sentirnos integrados, de agradar, de ser comprendidos y apoyados, así como las necesidades almicas que tenemos como humanos de ser escuchados y consolados nos llevan a caer en errores que nos arrastran por el lodo de la existencia haciéndonos tocar fondo.

Estas necesidades que no son colmadas en nuestra sociedad fría, distante e individualista nos conducen tipicamente a dos errores:


1.- Apagar nuestra esencia como una flor que se marchita.



Esto ocurre cuando vivimos sin un propósito, sin un porque o un para quien. Cuando sentimos que nada tiene sentido. Cuando ya nada nos motiva. Es cuando sentimos que nada vale la pena y no somos capaces de esforzarnos por llegar o conseguir ninguna meta por mucho que nos lo propongamos.



Si no alimentamos nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro corazón ...

Perderemos nuestra energía cada vez mas convirtiéndonos en una mera sombra de nosotros mismos. Podemos convertirnos en un burdo retrato de lo que podríamos ser y no somos. Se pierden de este modo muchas vidas que han venido a la Tierra a triunfar y a ofrecer un bien a su comunidad quedando en el olvido como personas anónimas con vidas grises y nada notables.


2.- Caer en la dependencia emocional de otros. 


Esto ocurre cuando depositamos todo nuestro poder personal en otra persona o grupo. Estos pueden ser gurús autoproclamados o alguien de nuestro entorno como una pareja, unos padres, un hijo, un amigo, un hermano, etc (la lista podría ser infinita).



Si no fortalecemos nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro corazón ...

Seremos fácilmente maleables y nuestro entorno nos manejará a su antojo. Despojarnos de nuestra libertad para ofrecérsela a otros aun siendo de forma inconsciente es un grave error. Se cobra este un caro tributo consumiendo vidas enteras. Siendo estas meras sombras de otros vanamente cuando en verdad, TODOS hemos venido al mundo a aportar nuestra propia luz.


Y entonces, ¿Como puede ayudarme la espiritualidad?



Antes que nada debemos entender que la espiritualidad no se trata de tener fe ciega, ni de adorar a dioses, ni de hacer a pies juntillas lo que nos dicta tal o cual religión, y mucho menos, de seguir sin ton ni son a ningún maestro en cada una de sus palabras o pensamientos. 

Si la espiritualidad se entiende como aquello concerniente al espíritu y siendo así que estas cuestiones en la cultura se han revestido de religiones debemos entender que tenemos muchas ideas erróneas y preconcebidas sobre lo que es y lo que no es la espiritualidad.

En los últimos años han resurgido nuevas corrientes espirituales conjugadas con antiguas religiones empujadas por personas que han dado forma a las diferentes creencias compartiéndolas con su comunidad y extendiendo así las ideas pertinentes.

En todas las épocas han existido entre esas personas un pequeño numero interesadas en ayudar al prójimo siendo auténticos ángeles terrestres. Otras muchas, interesadas en ayudarse a si mismas a costa del que sufre. Han dejado de lado al corazón convirtiéndose en malvados y pillastres. Entre ambos grupos a existido un tercero: El de aquellas personas que han querido ayudar pero, que han sido engullidos por sus propias creencias y carencias. Dejando a un lado la razón, estos últimos se convierten en peligrosos tanto para los demás como para si mismos.

Después de estos, hay un ultimo grupo que tarde o temprano suele acabar enmarcado en el primero. Se trata de los buscadores de la verdadera espiritualidad. Los que buscan respuestas en todo y en todos pasando cada uno de sus hallazgos por el tamiz de la razón y del corazón.

Si piensan que algo es erróneo lo comprueban con el corazón, si sienten que algo es erróneo lo comprueban con la razón.

Con estas dos mesuras siempre saben diferenciar lo que es verdad de lo que es mentira, lo que es amor de lo que es miedo, lo que es blanco de lo que es negro. No siempre es fácil, pero...

  Si aprendemos a usar estos tamices y procuramos emplearlos en nuestra vida diaria encontraremos el enfoque que necesitamos para dirigir nuestros pasos por este mundo hacia una vida plena y satisfactoria.





No hay comentarios:

Publicar un comentario