miércoles, 27 de julio de 2016

Me han causado daño y quiero devolverlo de algún modo

Hay lugares y situaciones en las que las personas aún actuando de buena fe y cumpliendo con seriedad y compromiso sus responsabilidades son tratadas como simples números, como robots sin necesidades ni sentimientos. 

Es tristemente innegable que aún a día de hoy una gran cantidad de humanos actúan movidos por sus bajas pasiones dejándose llevar por los peores sentimientos y emprendiendo las más pésimas acciones sin turbarse ni un solo momento ante la visión  del mal que causan a otros. 

No es de extrañar que cuando esto sucede

 las personas afectadas sufran un gran desequilibrio interno.


 Ante las diferentes injusticias que dañan al individuo sucede que nos sentimos lógicamente atacados y por simple instinto natural caemos, aún habiendo sido justos y considerados en un principio, en una espiral de emociones negativas como son el miedo, la rabia e incluso, en los peores casos, en el odio. Esto es previsible por nuestra naturaleza humana pero es también un cambio interno brusco y peligroso.

Estando en esta situación nos vemos inundados por pensamientos dañinos de lucha, de ataque, de defensa o de venganza haciendo creando un estado nervioso en todo nuestro cuerpo, mente y espíritu que sostenido en el tiempo es causante de todo tipo de molestias, problemas y hasta enfermedades. 

Además de esto podemos vernos arrastrados por estas emociones engrandecidas que claman justicia a actuar de formas deshonrosas o poco deseables, lo cual debe verse como un gran dilema moral que necesita ser solventado adoptando la claridad necesaria para no caer en el error de justificar malas acciones hacia otros por el mal que estos nos han dispensado con anterioridad. Para conseguir esta calma es necesario desearla así como también darle cabida a que esta llegue trabajando con el entendimiento de que ningún mal que uno haga podrá resarcir el daño sufrido, y si, en cambio, aún a nivel inconsciente, actuará embruteciendo irremediablemente su conciencia de forma innecesaria.



Por otro lado, las personas que actúan mayoritariamente de buena fe y actuando responsable y justamente en todos los aspectos de su vida se verán muchas veces recompensada más allá de lo que hubieran podido imaginar. Sus acciones no siempre pasarán desapercibidas por otros y gratamente se sorprenderán en más de una ocasión con las muestras de apoyo y de cariño recibidas por parte de todo tipo de personas, sean estas más o menos conocidas por ellos. 

Aún así, siempre habrá algunas personas incapaces de reconocer su buen hacer debido a sus propias imperfecciones humanas, por lo cual, cualquier persona, sea esta más o menos buena, debe siempre cubrirse la espaldas y protegerse tanto como le sea posible de estos individuos indeseables que andan por el mundo creando dolor y discordia, tanto física, como espiritualmente. 


Como bien decía el extraordinario Bruce Lee:

"Esperar que la vida te trate bien
 porque eres buena persona, 

es como esperar que un tigre no te ataque 
porque eres vegetariano".

No hay comentarios:

Publicar un comentario