Algunos pequeños seres nos han acompañado hasta nuestra civilización para recordarnos cuan alejados estamos de la madre tierra y de todos nuestros hermanos.Cuando vemos un pequeño insecto solemos ignorarlo o aun peor, correr horrorizados y asqueados a buscar un producto o herramienta para destruirlos y poder volver a nuestra rutina robotica sin su "dichosa" intromisión.
No somos conscientes del daño que hacemos, ya no solo al pobre animal -mas que evidente - sino también a nuestra psique profunda que dormida por tanta 'culturizacion moderna' no siente la necesidad de conectar con lo único que en verdad es nuestro, y no porque sea algo que nos pertenezca de un modo material sino al contrario, de un modo esencial porque forma parte de nosotros mismos. Ningún ser puede sobrevivir sin el medio ambiente que lo creo. Nosotros nos hemos encapsulado en pueblos y ciudades pero aun los recursos mas preciados como son el alimento físico y el espiritual siempre, sin excepción, nos llegan desde nuestra madre creadora, de nuestra querida Tierra, Gaia, Pachamama o como quieras llamarle. Sin ella y sin nuestros hermanos no somos nada, no tendremos en verdad nada real o autentico porque sin ellos estamos condenados a perecer como especie que además ya tristemente se esta destruyendo incluso a si misma.
Cuando herimos a otro ser, herimos una parte de nosotros mismos que aunque este escondida y adormecida en nuestra psique mas profunda llora y se lamenta. No podemos dañar a otro ser sin dañar a la vez una parte de nosotros mismos. Normalmente no somos conscientes de ello, por eso no todos pueden entender estas palabras. Cuando se habla desde ese lugar que trasciende la mente es difícil a veces conectar con el otro, puesto que para ello se necesita la colaboración y el beneplácito del receptor.
Por eso los pequeños seres revolotean a nuestro alrededor incesantemente sin que sirva de mucho. No estamos acostumbrados a escuchar los mensajes que nos llegan. Dejar la mente en blanco y salir de la matrix impuesta por la sociedad es la más de las veces bastante complicado. Incluso las personas que tienen cierta tendencia a descolgarse de lo habitual tienden también de vez en cuando a dejarse arrastrar por la rutina y la vida ordinaria con el peligro de caer de nuevo en el pozo oscuro de la no-consciencia. Tanto es el poder que tiene sobre los humanos la limitación de pensamiento a la que se han sometido.
Ahora es tiempo de recordar que hay otro modo de vibrar distinto al que nos han enseñado. Es el momento de mirar al pasado y aprender de nuestros ancestros de alrededor de todo el mundo, nunca para retroceder olvidando lo que ya hemos aprendido sino para sumar juntos una verdad aun mayor. Sumando el conocimiento de las culturas antiguas al conocimiento de nuestros días podemos obtener grandes beneficios para toda la humanidad como sociedad y como individuos.
Los pequeños insectos nos recuerdan en definitiva que por más que intentemos alejarnos de la naturaleza (tanto interna como externa) ella siempre va a estar ahí acompañándonos de un modo o de otro. Por eso la mejor opción siempre será aprender a respetar y convivir con todo aquello que se presente ante nosotros. Podemos sacar enorme provecho de todo ello o seguir adentrándonos en esta espiral de sin-razón que nos esta atrapando cada vez más creando todo tipo de alteraciones y trastornos como podemos observar en cualquier sociedad altamente industrializada. No significa ello que debamos huir despavoridos sin mirar atrás para vivir de nuevo en la selva, sino buscar el modo de integrar la naturaleza en nuestras vidas empezando de nuevo a vivir lo mas armoniosamente posible teniendo presentes sus/nuestros ciclos fluyendo así con la vida misma, lo cual, hace que se superen todos los obstáculos y se alcance la plena felicidad que no es en verdad un sentimiento eterno sino una percepción continua de plenitud y paz interior que se expande e impregna todo nuestro exterior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario