Una simple y pequeña flor puede convertirse en pura inspiración.
Su forma grácil y delicada
en contraposición a su pigmentación intensa
con sus brillantes colores matizados por una fuerte luz
crean una simbiosis encandiladora
que facilitan enormemente la sugestión mental
a las personas creativas o simplemente altamente sensibles.
Línea tras linea van apareciendo contornos,
formas y tonos que van formando una simpática figura.
Me imagino su ascensión lenta pero constante desde
la madre tierra hacia el calor del padre sol. Como un
pequeño habito matutino para disfrutar del día al
salir de su escondite nocturno protegida por
las hojas de su planta-hogar.
Y este es el resultado final con el que me quedo,
antes de añadirle las hojas de alrededor
y con un poquito de retoque con photoscape
para compensar contrastes y luces
y dale un toque ambiental cálido y sencillo.
*La flor es fruto de la planta Fuchsia,
llamada en algunos lugares flores de las campanillas
por su peculiar forma que recuerdan a estas de algún modo.
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